viernes, 6 de mayo de 2011

Taxus baccata, Tejo, El árbol de nuestros ancestros.

El Tejo es el árbol sagrado de los pueblos celtas, los que vivieron en esta tierra mucho antes que nosotros. Ellos lo veneraron quizás por ser una especie siempre verde, venenosa y las que más años vive de cuantas tenemos en Europa. En cuanto a su longevidad el tejo puede vivir unos 1500 años o incluso más. Cerca de los 1300 se le calculan al de la foto de abajo, que se encuentra en Bermiego en Quirós y a cuyo lado está la iglesia del pueblo. 


Era frecuente que las iglesias se construyeran al lado de los tejos, que eran los lugares de culto de los pueblos anteriores a la llegada del catolicismo, así que a día de hoy aún vemos muchas iglesias junto a los tejos. 

Las hojas son muy pequeñas, apenas tienen 3 milímetros de ancho y un par de centímetros de largo, son muy planas y se colocan a ambos lados de la rama igual que en el Taxodium distichum, el Ciprés de los Pantanos. Las hojas del tejo son de color oscuro y son bastante duras, con tacto semejante al cuero, es decir, son hojas coriáceas. 


El tejo es una Gimnosperma que significa "semilla desnuda", esto quiere decir que su semilla no está encerrada dentro de un fruto, vamos que no tiene frutos. La parte carnosa roja que vemos alrededor de la semilla no es por lo tanto un fruto. En realidad si te fijas bien verás que esta parte carnosa roja está abierta al exterior y puedes ver la semilla sin tener que abrir el supuesto "fruto". Cuando maduran las semillas podemos ver las ramas del tejo así de bonitas con un precioso contraste entre el rojo y el verde oscuro, parecido al que veríamos en el Acebo en invierno. 


Este "adorno" de color rojo que el tejo tiene alrededor de la semilla se llama arilo, y es la única parte del tejo que no contiene veneno. El problema es que la semilla que va en el interior sí que es venenosa, así que si se comen los arilos del tejo hay que tener mucho cuidado de no morderlo y de escupir la semilla entera. Esa parte carnosa roja es muy dulce y muy pegajosa, tanto que el nombre común que se le suele dar es el de moquillos.


Otra de las propiedades del tejo es la dureza de su madera. Es de las maderas más duras y con un grano muy fino. En la actualidad no se puede cortar puesto que es una especie protegida, pero dada su dureza antiguamente se hacían con la madera de tejo tanto los bolos como la bola para jugar, ya que sólo esta madera era capaz de aguantar los tremendos golpes que llevaban. Además debido a su bello color rojizo y a la facilidad para ser tallado se utilizó en para muebles y adornos en las casas. 


Se trata de un árbol que se adapta muy bien al lugar en el que tiene que vivir, incluso a la poda, de manera que en la naturaleza podemos verlo salir casi de cualquier lugar siendo frecuente encontrarlo en grietas de las rocas o abrazando a estas con sus raíces interminables, agarrándose como puede al suelo. En los parques y jardines se le suele podar bastante, cosa que resiste muy bien dándole formas muy variadas.


Pero si se le deja crecer es un árbol que puede llegar a los 20 metros de altura y tener un tronco de unos 8 metros de perímetro. Su tronco parece estar hecho de "cuerdas de madera" como pequeños troncos, cosa que se ve muy bien en los ejemplares más viejos, como en este de aquí.


En Asturias tenemos el mayor bosque de tejos de toda la Península Ibérica a tan sólo 45 km de Gijón en la Sierra del Sueve. En la foto de abajo, desde el Picu Pienzu, se puede ver el bosque de tejos debajo y Gijón al fondo.


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